Los sacrificios de material en ajedrez son todo un mundo. Tras 1.500 años de historia documentada, y más de 500 del ajedrez moderno -que nació en España a finales del siglo XV con la dama como pieza más potente-, muchas de esas entregas son ya temáticas, están clasificadas como típicas en determinadas posiciones. Por tanto, se deben más a la buena preparación que al talento.