Los escenarios para contemplar el atardecer se suceden a lo largo de la geografía de las Islas Canarias. Hay muchos lugares para elegir: desde las cumbres de Gran Canaria hasta las costas sinuosas de aire melancólico de Tenerife, pasando por el espectáculo de la arena negra de La Palma o los campos de vides de La Geria sobre los suelos volcánicos de Lanzarote. En todas estas localizaciones, la amalgama de colores que provoca el sol al fundirse con el horizonte es de una belleza arrebatadora.