Los mensajes de Instagram ya están borrados, pero incluso eso ilustra el nivel de desesperación: Ryan Adams está tan perdido como hundido. Considerado uno de los artistas más talentosos de la música norteamericana en el siglo XXI, el músico publicó a finales de julio unos mensajes desesperados en su cuenta personal en el que pedía con urgencia “una segunda oportunidad para hacer música”. El tono era alarmante: reclamaba que algún sello le publicase sus discos, reconocía que estaba a punto de perder su casa y su estudio e irse a vivir “al sótano de su hermana”, pedía que le perdonasen por sus “errores del pasado” y se calificaba a sí mismo como “producto dañado”. Días después, lo borró. El mensaje ya no era visible. Debió de darse cuenta del alto grado de alarma que transmitía o quizá su abogado le instó a quitarlo por cuestiones legales, pero la única verdad es que ya no se puede ver. Y, sin embargo, nada ha cambiado para Ryan Adams: sigue sumido en el pozo más profundo.