Ya era una provincia magnética, pero el AVE hizo a Huesca mayor de edad en atractivos. Desde hace justo 18 años, cuando la alta velocidad decidió reposar aquí, el viajero puede plantarse en un suspiro en una de los territorios más montañosos de España calzado con las botas de senderismo o los esquís, para ir ascendiendo en el mapa, en las sensaciones y en los retos.