Los valles del Pirineo navarro son un verdadero paraíso para los amantes del senderismo. Pero no solo la alta montaña se presta a las caminatas más o menos exigentes. Frente al indudable atractivo de las cimas del norte, la Ribera navarra, al sur de la provincia, ofrece rutas alternativas para descubrir a pie pueblos medievales y villas barrocas cruzadas desde hace siglos por el Camino de Santiago.