La Audiencia Provincial de Valladolid le ha prohibido a un padre aproximarse a su hija, de 12 años, y comunicarse con ella tras darle una bebida a base de dióxido de cloro “para quitar los metales malos de las radiaciones”. El dióxido de cloro y el clorito de sodio son compuestos clorados, comúnmente lejías. Se trata de una orden de protección dictada en un procedimiento penal por un delito de lesiones. El texto se puede consultar en este enlace.