Los pimientos de Padrón son uno de los símbolos gastronómicos de Galicia. Fritos y con un puñado de sal gorda por encima, la fama les viene porque unos pican y otros no. Aunque variedades de esta fruta se cultivan en numerosos lugares de España, siendo las mayores productoras las provincias de Almería y Murcia, y se comercializan después como pimientos de Padrón, los “auténticos” son los de Herbón. Se trata de una parroquia coruñesa que pertenece al municipio de Padrón, donde se encuentra el convento de San Francisco de Herbón. Allí se empezaron a plantar hace varios siglos.