Practicar yoga junto al Ganges, visitar los museos y las sedes del poder en Washington, perderse en el ajetreo de la plaza de Jemaa el-Fna en Marrakech o ver el entrenamiento de luchadores de sumo en Tokio. A la hora de hacer turismo resulta una grata sorpresa encontrar experiencias por las que no hay que pagar nada (o muy poco). Estas son algunas de las más apetecibles