Es el segundo escritor español más leído o conocido, después de Cervantes; eso dicen los muñidores de estadísticas. Y no ha evitado los estragos de la actual pandemia: el 150º aniversario de la muerte de Bécquer, que se cernía como gran efeméride el pasado año, ha retrasado a 2021 eventos, festivales y otras celebraciones. No es para menos. Es nuestro poeta romántico más popular, una suerte de eslabón entre Lord Byron o Heinrich Heine (a quien él admiraba) y los más jóvenes Eminescu, Rimbaud o Sarkia, todos ellos abanderados de una lírica patria y cadáveres prematuros.