Según la famosa teoría de los seis grados de separación, propuesta en 1930 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy, solo seis personas, como mucho, separan a todos los habitantes de la Tierra. Aun a riesgo de parecer presuntuoso, déjenme apuntar que yo estoy a solo un brinco de Isabel II del Reino Unido gracias a Felipe de Borbón y Grecia, rey de las Españas que, durante una visita a la sede de EL PAÍS en Miguel Yuste, cuando él era aún príncipe y yo un freelance, un periodista mercenario que cobraba a tanto la pieza, cruzó la redacción para estrechar mi mano, quizás porque en la columna junto a la que yo estaba sentado alguien había pegado una bandera republicana.