Acababa de finalizar la IV Edición del concurso “Se busca el mejor pan de Madrid”, cuando un colega me pidió que como presidente del jurado definiera la hogaza ganadora: “Se trata de un pan de miga elástica, alveolada y suavemente húmeda. Presenta una corteza dorada y crujiente, acidez suave, y un sabor intenso a cereales con un final largo que me recuerda a las cervezas tostadas”, respondí sin titubeos.