Por puro enamoramiento, se contribuye en la conservación”. La filosofía ecoturista se basa, según Amanda Guzmán, gerente del Club Ecoturismo en España, en un flechazo entre turista y paisaje. “Quien conoce realmente los valores de un territorio, tanto naturales como culturales, se acaba enamorando de él, y de alguna forma se acaba comprometiendo en su preservación”, explica. “Se contribuye a que se dedique más presupuesto a los espacios naturales, a que los entornos rurales tengan más servicios, a que se consuman más productos locales, y a que, en definitiva, el ecoturismo sea un motor económico y una herramienta de conservación”.