Más loca es aún la vuelta al mundo en bicicleta del escocés Mark Beaumont. El primero que hizo un viaje de este tipo fue otro británico, Thomas Stevens, que con un biciclo de la época (con una gran rueda delantera) circunvaló el globo entre 1884 y 1886. Desde entonces muchos ciclistas de fondo repitieron la gesta rebajando el récord hasta los 123 días y 43 minutos que el neozelandés Andrew Nicholson estableció en 2015. Nicholson hizo el viaje solo y sin apoyos, portando en su bici todo lo necesario. Mark Beaumont asumió el reto de mejorar esa cifra e incluso la de Phileas Fogg (el personaje de La vuelta al mundo en 80 días, de Julio Verne) y declaró que estaba dispuesto a darle la vuelta al globo en bicicleta en menos de esas 80 jornadas (incluyendo los vuelos en avión entre continentes). Con un equipo logístico de apoyo de 20 personas y un plan diabólico que consistía en hacer 385 kilómetros por día pedaleando durante 16 horas a una velocidad media de 24 kilómetros por hora, Beaumont lo consiguió e incluso le sobró tiempo: regresó a París, de donde había partido, a los 78 días, 14 horas y 40 minutos. No me pregunte si le dio tiempo a ver algo del paisaje o disfrutar de la gastronomía de las ciudades por las que transitó.