La 42ª edición de la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur) abre este fin de semana sus puertas al público general —sábado 23 de enero, de 10.00 a 20.00; y domingo 24, de 10.00 a 18.00; precio de la entrada: 12 euros— después de tres jornadas en las que periodistas y profesionales del sector han podido tomar el pulso a una industria turística que, por segundo año consecutivo, tiene que lidiar con las restricciones de la pandemia. Si en la edición anterior lo más noticioso fue su misma celebración en un ambiente de pesadumbre y resignación, esta vez la atmósfera es de claro optimismo ante la perspectiva de volver a viajar sin limitaciones. Hay ganas de dejar atrás la resaca del gran confinamiento global y ponerse a hacer las maletas. Y ese clima se nota, casi se palpa, al pasear —previa presentación del certificado covid o una prueba PCR negativa realizada 24 horas antes de la visita, y con el uso obligatorio de un mascarilla tipo FFP2— por los ocho pabellones de Ifema donde 107 países (con alguna ausencia dolorosa como Estados Unidos, Francia o Alemania), las 17 comunidades autónomas españolas y 6.933 empresas exhiben su mejor cara.