Abandonamos The Alchemist rebasada la media noche tras vivir una experiencia que se había prolongado durante mas de 6 horas. De forma escalonada recorrimos las estancias de este singular restaurante al hilo de un gran menú, desafiante y provocador en numerosos tramos. Bajo el efecto de una escenografía meticulosamente estudiada algunas secuencias me recordaron al famoso Heart de los hermanos Adrià y el Cirque du Soleil en Ibiza. Degustamos bocados sabrosos, muy técnicos, en ocasiones inquietantes, que incorporaban mensajes ocultos y que una legión de cocineros, sumilleres y camareros nos fueron desvelando.