Volver a la Costa del Sol, volver a hacer unas vacaciones de sol y playa, ofrece hoy el aliciente de unas instalaciones higienizadas tanto en su aspecto físico (pospandémico) como en el psicológico. Superadas las restricciones, unos nuevos felices años veinte se auguran a la vista del recobrado esplendor de los complejos turísticos inspirados en los grandes resorts de Miami y Punta del Este, lejos del falso historicismo que afectaba a buena parte del litoral malagueño tras el desarrollo de décadas pasadas.