Los animales son seres sintientes a ojos de la ley. Esto significa que no pueden ser embargados, hipotecados, abandonados, maltratados o apartados de uno de sus dueños en caso de separación o divorcio. Esta novedosa condición legal, que entró en vigor en enero, ha conseguido que las mascotas dejen de ser consideradas meras cosas y su felicidad sea un factor a valorar a la hora de resolver roces familiares.