Una vez que el invierno deje de atemorizar al caminante por sus heladas matinales, miles de peregrinos volverán a recorrer el Camino de Santiago en una de sus etapas más alegóricas, la que lleva de Villadangos del Páramo hasta Astorga. Sin desprenderse todavía de la mochila se internarán en el eje monumental de esta ciudad leonesa para recogerse un rato en la catedral y merodear, cómo no, el palacio Episcopal de Gaudí, ese de los chapiteles que coronan las torres neogóticas laterales, en granito gris del Bierzo. Al completar la vuelta por detrás del recinto, desde la misma catedral astorgana, algo confunde la vista a lo largo de la calle de Los Sitios. ¿Qué será ese palacete modernista de galería acristalada y doble balconada de forja tan coterráneo que se parece al monumento gaudiano? Ni cien pasos hay que dar para descubrir una inscripción dorada en la verja que cierra un costado del edificio: Ciudad de Astorga, hotel spa.