En los fríos días de invierno apetece tomarse una copa de vino tinto con mucho cuerpo, sabroso, voluptuosamente afrutado y de elevada graduación alcohólica. Como un tinto del Priorat, la prestigiosa zona vitivinícola de la provincia de Tarragona (Cataluña) impulsada por los monjes cartujos de San Bruno en el siglo XII con la fundación de Scala Dei.