Madagascar es un mundo aparte. Un lugar que se formó hace 165 millones de años cuando se desgajó del primitivo supercontinente de Gondwana. Es una gigantesca isla, tan grande como España, cuya fauna y flora evolucionaron al margen del resto del planeta dando lugar a especies de animales y vegetales que en su mayor parte son endémicas. Dos buenos ejemplos de ello son el lémur, un género de primates que únicamente vive aquí, y el baobab, uno de los árboles más raros y llamativos que existen. Un territorio frente a la costa sudeste de África que es, en muchos sentidos, un enclave que parece de otro mundo. Destino turístico aún minoritario, en este viaje recorremos buena parte de sus atractivos.