Como un viaje en el tiempo, París se puede visitar a través de sus antiguas galerías comerciales construidas entre finales del siglo XVIII e inicios del XIX. Los pasajes cubiertos, con sus vidrieras, mosaicos, acabados de madera y techos acristalados, son una de las curiosidades arquitectónicas más emblemáticas de la capital francesa. Ubicados en la orilla norte del Sena, constituyen, además, un agradable paseo para descubrir la ciudad cuando el tiempo no acompaña.