El célebre –y polémico– caso de La Pagoda proyectada por el arquitecto Miguel Fisac no es una anécdota en el paisaje urbano de nuestro país. Multitud de edificios singulares con gran valor arquitectónico sufrieron el mismo trágico final: el derribo. Muchas veces debido a la especulación del suelo, otras por razones políticas o por el carácter temporal de su concepción, estos hitos arquitectónicos quedan solo como recuerdo del imaginario popular y académico. Es el momento de contar su historia y transmitir el valor de su legado.