- Ser bueno.
- Ser rápido.
- Ser simpático.
Basta con tener, según los que saben, dos de tres para cumplir el gran sueño de la infancia: dibujar a Batman. O a Spider-Man. O a Conan. Dos de tres, y uno esboza, lápiz en mano, de mina de grafito o digital, ese pedacito de historia de un icono que probablemente lo sobreviva muchas décadas.