Por primera vez después de la crisis, la ocupación de inmigrantes en España es similar a la de los nacionales. La tasa de empleo de los nacidos en España es del 62,6% frente al 61,6% de los foráneos, dos porcentajes que reflejan el número de personas con empleo sobre el total en edad de trabajar y que no estaban tan próximos desde 2008, cuando se desató la crisis económica más grave desde la II Guerra Mundial.