Ian Manook no se llama Ian Manook. Tampoco, como su famoso detective, vive en Mongolia. Ian Manook es Patrick Manoukian, un periodista y editor francés a punto de cumplir los 70 años que un buen día hizo una apuesta con su hija: escribiría cuatro novelas. Tal vez alguna triunfase. Acababa de jubilarse y le apetecía escribir. Había publicado un par de libros de viajes. Fascinado por Mongolia, decidió que uno de esos cuatro libros sería una novela negra y que su protagonista sería un detective mongol. Le llamaría Yeruldelgger. Yeruldelgger iría a caballo y viviría en la estepa, un lugar que es como un pueblo enorme, en el que todo el mundo lo sabe todo de todo el mundo, y en el que ves durante días cómo se te acerca quien sea que pretenda visitarte. O en el que puedes contemplar, también durante días, como un alguien sigue a otro alguien. La novela, Muertos en la estepa (Salamandra), fue un éxito. Y no solo por el vasto, inhóspito y atractivo paisaje, sino sobre todo por la aventura – las novelas de Manook, lo dice él mismo, son novelas de aventuras “que acaban como westerns” – y un sentido del humor deliciosamente cáustico.