La decisión del Supremo de dar luz verde este martes al plan del Gobierno de sacar los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos ha provocado una oleada de reacciones en gran parte del arco parlamentario y en la sociedad civil. Los diputados y dirigentes del PSOE han aplaudido el fallo del alto tribunal, que avala la exhumación del dictador y su traslado al cementerio de El Pardo-Mingorrubio (Madrid), donde descansan los restos de su mujer, Carmen Polo. La vicepresidenta del Ejecutivo, Carmen Calvo, ha confirmado que el Gobierno tratará de mover los restos del autócrata del Valle de los Caídos —un mausoleo gigantesco construido entre 1941 y 1959 por unos 20.000 hombres, muchos de ellos presos políticos— antes de las elecciones: “Lo haremos muy rápido, cuanto antes mejor porque es lo que nos pide la sentencia, y además porque es mejor hacerlo lo más lejos posible de la campaña electoral”. Y ha añadido: “Es una dignísima noticia para los españoles, para el respeto a las víctimas de los dos bandos, para que la convivencia española sea plural en la libertad y también en la ética“.