Rodeado de pompa, desde la puerta de Tiananmen, como hace siete décadas hiciera Mao Zedong, el presidente de China, Xi Jinping, se dio hoy un baño de músculo militar y de masas. El 70 aniversario de la fundación de la República Popular era la ocasión perfecta para transmitir un mensaje de unidad nacional, de progresos bajo el Partido Comunista y de modernización del Ejército. El objetivo se cumplió con creces.