La ofensiva lanzada en Venezuela desde comienzos de año por la coalición que apoya a Juan Guaidó es buen ejemplo de que la intención humanitaria y la amenaza de intervención militar no se avienen como receta ideal para lograr un cambio de régimen. Aquí calza bien, creo, remitir una vez más a lo mucho que al respecto ha observado atinadamente David Rieff.