La hostilidad que hasta hace muy poco tiempo había entre el PSOE y Podemos se ha mutado en afecto a tal velocidad que resulta imposible que eso haya cuajado de una manera determinante
La hostilidad que hasta hace muy poco tiempo había entre el PSOE y Podemos se ha mutado en afecto a tal velocidad que resulta imposible que eso haya cuajado de una manera determinante