En las casas reales europeas se viven momentos de cambios. Ser miembro de una de ellas ofrece muchas ventajas pero también obligaciones. Para algunos la ecuación merece la pena, para otros no. Estas cuentas las echan quienes ocupan puestos menores en la línea de sucesión al trono, los que ocupan las primeras posiciones no tienes margen de maniobra. Este es el caso de los duques de Sussex. Enrique, tras la boda de Guillermo y Kate Middleton y el nacimiento de sus tres hijos, pasó a ser el quinto en la línea de sucesión al trono. Su matrimonio con Meghan Markle y sus deseos de llevar una vida más alejada de palacio han llevado a la familia real británica a una novedosa situación que en otras monarquías ya no lo es: como vivir lejos de palacio. Isabel II tiene que dictar sentencia.