A primera vista suena despectivo o irónico, pero el término con el que los medios británicos se refieren a la familia real, The Firm (la empresa), tiene mucho más de descriptivo. Y se queda corto. Por su volumen, sonaría más rotundo algo como la Corporación. Las finanzas de la Casa de los Windsor y de sus miembros, desde el núcleo central a los familiares más distantes, son extremadamente complejas. Y aunque en los últimos años se ha intentado impulsar legalmente una mayor transparencia, tienen zonas de luces y sombras que hacen difícil dar con una cifra definitiva.