Un equipo de investigadores acaba de encontrar una clave para frenar al cáncer en el lugar menos esperado: el cerebro devastado de personas con alzhéimer. Los investigadores han descubierto que tau, una proteína que ha pasado a ser la principal sospechosa de causar esta enfermedad neurodegenerativa, tiene un efecto protector capaz de frenar el desarrollo del cáncer cerebral, o glioma.