La esvástica es un símbolo de paz, prosperidad y buena suerte para cerca de 2.300 millones de personas, un tercio de la población mundial. La mayoría de ellos se encuentra en Asia, donde es un emblema sagrado para el budismo, el hinduismo, el jainismo y el odinismo. Eso pensaba el monje budista Rev Dr. T.K. Nakagaki cuando en abril de 1986, recién llegado a Estados Unidos, elaboró una cruz gamada de crisantemos para celebrar el cumpleaños de Buda y la colocó en su templo de Seattle (Washington). Sus compañeros entraron en pánico. “No puedes hacer eso”, le gritaron. Fue el momento de su despertar. La última vez que la utilizó en Occidente.