A la hora de hacer cine, Sebastián Lojo (Guatemala, 1989) sigue la máxima atribuida al escritor ruso León Tolstoi que un día le sugirió su padre: “Pinta tu aldea y pintarás el mundo”. Comenzó un consumo obsesivo de películas cuando se trasladó a vivir a Europa para formarse en la London Film School en 2015. Se empapó de cine europeo y asiático y aprender a valorar a los grandes creadores latinoamericanos; de los argentinos Lucrecia Martel y Lisandro Alonso al mexicano Carlos Reygadas. También formó con sus compañeros de escuela, procedentes de distintas partes del mundo, una sólida unión creativa que les lleva a trabajar los unos para los otros en sus distintos proyectos. Cuando uno de ellos dirige, en este caso el guatemalteco, otro se encarga de la dirección de Fotografía (el italiano Vincenzo Marranghino) y otro de la producción (la libanesa Remi Itani y el argentino Bernabé Demozzi. Para Los fantasmas, su primer largometraje, se los llevó a su país con la intención de construir un retrato en perspectiva sobre la asfixia vital de Ciudad de Guatemala y la permanente crisis de la nación.