Girona se ha convertido en una pequeña Honduras. Los nacionales del país centroamericano son, según el último padrón municipal, el mayor colectivo de extranjeros de la ciudad gerundense: algo más de 5.300 empadronados; cinco de cada 100 habitantes, según los datos de la oficina estadística catalana (Idescat). En toda la provincia son casi los 13.000, con un patrón por género prácticamente idéntico al del conjunto del Estado: dos de cada tres son mujeres. La comunidad hondureña en Girona se ha multiplicado por más de 80 en los 20 últimos años, cuando apenas había 150 personas residiendo permanentemente a orillas del río Ter.