En la segunda mitad del siglo XIV la incidencia de la peste negra aumentó el sentimiento antijudío en España. Los judíos fueron acusados de sembrar el contagio y comenzó una oleada de persecuciones seguida por las conversiones en masa y la acusación de judaizantes a los falsos conversos, de lo cual surgió la Inquisición. En el resto de Europa el antijudaísmo se reactivó con fuerza después de las epidemias de 1648. Más tarde, en un tiempo no muy lejano, volverá a resurgir en los totalitarismos del siglo XX. Precisamente este año se conmemora el 75º aniversario de la liberación de Auschwitz.