En el año 2020, 400 siglos después del ocaso neandertal, cuesta imaginar un encuentro con otra especie humana, casi como nosotros, pero no del todo. Hace 100.000 años, en Oriente Medio, las dos especies se cruzaron y tuvieron encuentros sexuales que han quedado grabados en nuestro genoma y en varias cuevas de la Península Ibérica se han encontrado obras de arte de 65.000 años realizadas por neandertales. Ahora, se sabe que compartimos la Tierra con unos seres que también tenían lenguaje y pensamiento simbólico y que sucumbieron poco después de nuestra llegada a la Europa que habitaban. Pero aquella especie extinguida no tuvo siempre el marchamo de humanidad.