Los responsables de Caixabank y Banc Sabadell, Jordi Gual y Josep Oliu, han negado este martes haber recibido presiones políticas para trasladar sus sedes sociales fuera de Cataluña en la semana del 1-O. En su declaración como testigos en la comisión de investigación del Parlament sobre la aplicación del artículo 155, han asegurado que la decisión, que calificaron de “técnica”, estuvo motivada por la fuga de depósitos de los clientes, que entre las dos entidades sacaron 11.600 millones de euros.