Cada vez que a Bernie Sanders se le recuerda en alguna entrevista o debate que es un socialista, se apresura a añadir la coletilla de “demócrata”, es decir, que es socialdemócrata. La necesidad de aclararlo revela cómo a este lado del Atlántico hablar de socialismo equivale a mentar la bicha, incluido en algunos ámbitos progresistas.