“Le he dado muchas vueltas a la vida y la conclusión es que hay que abrazarla siempre”, afirma Cisco García (Córdoba, 1982) antes de contar su historia. La de un abogado apasionado del snowboard al que un mal salto, el 28 de diciembre de 2015, mientras practicaba freestyle en la estación de esquí de Mayrhofen (Austria), le dejó en silla de ruedas y le cambió para siempre el guion y la perspectiva. “Era más feliz antes. Pero ahora soy muy feliz, lo más feliz que podría aspirar a ser”, explica en un relato tan duro como entusiasta, en el que demuestra que la aceptación no está reñida con el inconformismo y la vitalidad no depende del movimiento.