Cuando terminen su liderazgo al frente del episcopado español, dentro de cuatro años, los cardenales Juan José Omella (presidente) y Carlos Osoro (vicepresidente) rozarán los 78 años. Según el derecho canónico, habrán superado en tres la edad obligada de su jubilación, un mandato que impuso el concilio Vaticano II y que los obispos no llevan de buena gana.