La dermatóloga Elena Manubens, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología, repasa las arrugas faciales con la precisión de quien reconoce todos los ríos que surcan un mapa. En primer lugar, “están las arrugas por pérdida de hidratación”, que se sitúan en la capa más superficial de la epidermis y en áreas alejadas de la zona T (frente, nariz y barbilla), donde las glándulas grasas combaten la sequedad. “Esta deshidratación se puede deber a la edad, pero también obedece a factores físicos y químicos, como la exposición al frío, la sequedad ambiental, la contaminación… Son arrugas que mejoran muy rápidamente con cosméticos que restauren la capa lipídica [una buena hidratante] o, simplemente, evitando los factores externos que las ocasionaron”, puntualiza.