Hace ahora dos años, el Director General de la OMS afirmaba en una conferencia en Dubai que “una epidemia devastadora” podría “empezar en cualquier país, en cualquier momento y matar a millones de personas”, además de causar “terribles estragos en la economía”. Así que ya lo sabíamos. Y también sabíamos que el mundo no estaba preparado. Porque según la OMS, “la ausencia de una cobertura universal sanitaria es la mayor amenaza contra la salud”. Y es que los obstáculos en el acceso de la población más vulnerable a la sanidad, así como unos sistemas frágiles de salud, están en la base de la inseguridad sanitaria.