Vas a por la tercera semana en confinamiento y empiezas a aburrirte de trabajar los brazos con botellas de leche y de hacer sentadillas con una silla. Necesitas un cambio de rutina, eso está claro, pero no caigas en la trampa de amueblar el salón con máquinas que no harán más que coger polvo en cuanto vuelvas al gimnasio. Con lo que tienes en casa te sobra: trapos, papel higiénico, las cuerdas de tender, los cables que no usas, el balón pinchado que nunca llegaste a tirar y ahora vaga errante por la casa… Con todo eso te puedes montar un gimnasio casero en menos de lo que dura una buena serie de abdominales. Y como no tienes a mano un entrenador que te corrija, hemos buscado ejemplos en las redes sociales. Recuerda que, como bien avisa Sara Tabares en su cuenta de Twitter, en cuanto el ejercicio implique la más mínima complejidad lo mejor es buscar inspiración en los tutoriales de expertos titulados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte; no vayas a lesionarte, que las urgencias hospitalarias no están para esguinces.