La tormenta del coronavirus está azotando al mundo y, si aún es demasiado temprano para evaluar con precisión la magnitud de los perjuicios que provoca, no lo es para pensar en el día después: ¿Qué haremos? ¿Cómo repararemos los daños? Cabe preguntarse cómo harán los gobiernos de América Latina y el Caribe para cubrir las abismales necesidades de financiamiento para vivienda, educación, salud e infraestructura, y para socorrer a sus poblaciones más necesitadas y a sus pequeñas y medianas empresas (pymes).