Nada más abrir los ojos por la mañana, María echa mano de su teléfono móvil. Mira los mensajes que le han entrado durante la noche y, sin salir aún de la cama, consulta un par de periódicos para ponerse al día de la pandemia. Se levanta inquieta y, mientras se prepara el desayuno, abre en su ordenador el mapa del coronavirus a tiempo real que ofrece la Universidad Johns Hopkins. Allí comprueba el aumento de casos y muertes en el mundo y en su propio país, así como en aquellos donde tiene amigos.