Los expertos matrimonialistas -los abogados que representan a los exes- auguran tras el confinamiento un “efecto verano” en las separaciones. Hacen referencia al repunte de las mismas tras las vacaciones estivales, que implican mayor roce que no siempre hace el cariño. Consideran que la reclusión ha fomentado un caldo de cultivo semejante y óptimo para un brote de covidivorcios.