Con la cuarentena, empecé a leer El resplandor de Stephen King, porque quería un clásico que retratara la convivencia familiar en aislamiento y cómo poco a poco se van perdiendo los nervios. (Los Torrance veían fantasmas, nosotros gente sin mascarilla, pero por lo demás el paralelismo es abrumador). Ahora agradezco cada nueva fase de libertad pero sigo pensando mucho en Jack Torrance/Nicholson y su familia encerrados en el hotel Overlook.