Aparece, Rita Indiana, la inclasificable y libérrima escritora, compositora y cantante dominicana, desmontadora del merengue, del gagá, de la samba, la cumbia, el cabaret, y hasta el ya de por sí poco clasificable dembow, en las fotos de promoción de Mandinga Times, su segundo y a la vez esperado e inesperado álbum, con una voluptuosa boca azul hecha de papel pegada a la mascarilla sanitaria que le cubre la mitad de la cara. Tal vez la tenga cerca cuando responde al teléfono. El teléfono está en Puerto Rico, en la casa en la que vive con su mujer y sus hijos. Llevan más de 50 días encerrados, allí se impuso el aislamiento “bien temprano”, dice. “Ahora la gente empieza a relajarse”, se lamenta, “es el momento más peligroso, pienso”. “Estamos agotados”, dice también.