En el municipio más deshabitado de España, unos cowboys androides se asoman por una pantalla solitaria cada noche. El alcalde de Illán de Vacas (Toledo, solo tres habitantes, aún en fase 0) se sacude el aburrimiento con el wéstern futurista Westworld. Javier Bollain lo ha intentado también con Gárgoris y Habidis, libro de Fernando Sánchez-Dragó, pero se le ha hecho “imposible de leer”; más alivio contra la soledad dice encontrar este empleado de banca jubilado en las 1.600 páginas de la primera parte de Decadencia y caída del Imperio Romano, de Edward Gibbon.